Oriundo de Baigorrita Provincia de Buenos Aires, llega a la Escuela Agrotécnica Salesiana de La Trinidad en 1.969, ingresando en primer año (Ciclo de Expertos), luego cursando el ciclo superior, egresó como Agrónomo General en sexto año 1974, perteneciente a la Cuarta Promoción. Un secundario brillante culminando con el segundo promedio del curso acompañado con los mejores promedios del sistema Don Bosco.
Al año siguiente se instala en Buenos Aires para estudios universitarios, un par de meses, “dijo: esto no es para mi” y decidió volver a dialogar con los salesianos para trabajar en la EAS como docente; los superiores aceptaron con gusto y desde mediados de 1975 a la actualidad ininterrumpidamente dedicó su vida durante los largos 36 años.
Fue sobre todas las cosas un educador, trabajó con responsabilidad, ejemplo, sencillez y sacrificio; una profunda fe en Dios y devoción por María hizo que dedicara mucho de su precioso tiempo a los movimientos juveniles – Integrante del Cursillo de Cristiandad – y condecorado Honoríficamente de ser Ministro de la Eucaristía. Con sus manos entregó a Jesús sacramentado a muchos cristianos durante varios años. Por su gran vocación en la Educación, se ganó el titulo Ad Honorem que todos los nombraran “el Maestro Pelizza”.
Vivió 42 años en la EAS, hace bastante tiempo decidió comprar terreno sobre ruta 50 frente a la entrada de la Institución donde siempre vivió para descansar los días feriados y muy especialmente después de acogerse a los beneficios de la jubilación, pero Dios lo llamó antes cuando transitaba por cinco décadas y media desde su nacimiento poniendo a prueba su fe y su accionar con una larga y cruel enfermedad que lo llevó a su deceso, pero que la asumió y vivió con fe y firmeza en la entereza de un verdadero Hombre luchador que murió en el surco cuando quedaba mucho por transitar.
En la escuela fue asistente, preceptor, profesor, instructor y Jefe Sectorial, encargado de disciplina, formador de alumnos en teatro y banda de música donde también dirigió, encargado de la sala de estar y promotor de las grandes fiestas de familias con excelente organización, colaborador incansable en cada fiesta anual de los ex alumnos.
Como el día era poco para trabajar, también fue el celoso sereno cuidando a los jóvenes en su descanso y un enfermero. El que cuidó todos los detalles, su lema de vida era orden, limpieza y prolijidad”.
Se preocupó por todos, los salesianos y la comunidad, su propia familia: hermanos, cuñados y sobrinos; desde muy joven había perdido a su mamá, mas tarde a su padre, siempre los tuvo presente con el buen recuerdo y la oración al igual que por todos sus familiares y amigos.
Desde 1997 fue representante legal del colegio Nuestra Señora de Ascensión, colaboró siempre con las instituciones de Ferré y la zona y acompaño en la buena y en las malas a sus compañeros de curso, de trabajo, ex alumnos, padres de alumnos y familia. Un hombre generoso sobre todo en lo económicos regaló y compartió con el que realmente necesitaba y con sus seres queridos.
En Ferré también muchos de los que no estuvieron ligados a la Escuela Salesiana, recuerdan a Norberto por muchos periodos Presidente de Mesa o vocal con gran conocimiento por la junta Electora, infaltable el equipo de mate en marcha desde el inicio de los comicios siempre con seriedad y buen humor.
Como respetó a todos así fue muy respetado aunque con su carácter y personalidad al momento de exigir no resultaba una orden con simpatía, es el consejo y la indicación que mas recuerdan y agradecen los alumnos que fueron observados. En octubre de 2009 en representación de la comunidad habló en la misa con acertadas y emocionadas palabras con motivo de la visita de las reliquias de Don Bosco. En 42 años son muchos sus amigos y conocidos del distrito de General Arenales, una amplia zona y varias provincias de nuestra patria que en el futuro al visitar La Trinidad en cada rinconcito del edificio y en todas las secciones, recordarán a esta gordo bueno por su calificado accionar, porque un físico robusto, era el que necesitaba para contener tan grande y generoso corazón, alegre, estudioso siempre, actualizado y juvenil.
Su Velatorio fue en Junín con misa de cuerpo presente en Escuela Salesiana acompañaron el oficio muchísimos integrantes de esta comunidad, con ex alumnos y padres de alumnos. Su última morada es en su pueblo natal junto a sus seres queridos en el panteón familiar.
Dios le conceda el premio del descanso eterno en el cielo y cristiana resignación a familiares, salesianos y amigos.
Colaboración: Daniel Scropanich