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    Michael Stipe: "En el día a día, la fama no es nada seductora"

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    Tras cinco años de silencio, el cantante de R.E.M. asegura estar listo para volver a la música

    Stipe durante uno de los dos homenajes a David Bowie en los que cantó este año
    Stipe durante uno de los dos homenajes a David Bowie en los que cantó este año. Foto: AP

    NUEVA YORK.- Corría el año 1991 y los integrantes de R.E.M. celebraban algo que nunca les había pasado: una de sus canciones alcanzaba el Top 5 de las cinco mejores del mundo. «Losing My Religion», el emblemático lamento de mandolina incluido en Out of Time, su séptimo álbum, superaba el éxito de su single «Stand» y se convertía en un tema ineludible.

    «Para alguien tan poco ambicioso como yo, pegarla con una «canción del verano» fue lo mejor que me pasó en la vida», dice el cantante Michael Stipe.

    Exhaustos tras casi una década de recitales en vivo, la banda decidió no hacer una gira promocional del disco. Sin embargo, Out of Time catapultó al cuarteto de Georgia al superestrellato. Hoy, a 25 años de aquel lanzamiento y a cinco de la separación de la banda, Stipe vuelve a hurgar en las canciones de aquel álbum para preparar un relanzamiento deluxe, que incluye demos reveladores, una grabación acústica en vivo y los ocho ambiciosos videos musicales que acompañaron el disco.

    «No soy de los que se saben de memoria todos los temas que grabó Bob Dylan en vivo -dice Stipe-. No sirvo para eso.» Sin embargo, esta reedición incluye primeras versiones de los temas y permite a los oyentes acceder a su proceso creativo. «Se nota que hago lo imposible por encontrar una melodía, por escribir las letras y ver si funcionan con la música o no, y también se nota el esfuerzo que hago para que no se note,» dice con una sonrisa. «Y acá me tienen 25 años después, abriéndome al público para que se sepa todo».

    Desde la disolución de R.E.M., Stipe se ha dedicado a la escultura en metal. A partir del próximo 31 de diciembre, su obra podrá verse en la galería 39 Great Jones del East Village de Nueva York, y unos días después, participará en Estocolmo de la muestra colectiva Mentors, donde Stipe expondrá junto al poeta y artista performático John Giorno. En medio de este alejamiento de la música, más allá de los dos tributos a David Bowie en los que cantó, Stipe se dio cuenta de algo importante: «A los 56 años, ya no estoy para volver al estrellato del pop, pero quiero volver a hacer música».

    Comenzará produciendo SIR, el álbum del grupo electroclash Fischerspooner, y confiesa que siempre quiso que R.E.M. explorara la música dance y electrónica, pero que ahora entiende que «no era lo nuestro». Entrevistado recientemente en Nueva York, Stipe habló de su proceso de composición y de esas letras que le ponen la piel de gallina. Estos son algunos fragmentos de esa conversación:

    -El mundo cambió mucho desde la grabación y el lanzamiento de Out of Time: salió a la luz el video de la policía dándole una paliza a Rodney King, Nirvana repartió demos de Nevermind por las discográficas y creció el universo de la Web. ¿Out of Time marca un momento especial para usted?

    -Fue el último disco que escribí sin usar computadora. Usé una máquina de escribir. Nunca confié en escribir a mano, porque en un día bueno, corría el riesgo de pensar que estaba frente a una letra increíble cuando no lo era, y en un día malo, tal vez descartaba una letra buenísima. Siempre prefiero que haya algún tipo de dispositivo que imponga cierta distancia con lo que escribo y editarlo más tarde. Una onda tipo «lo escribo borracho pero lo edito sobrio». Para esta reedición del disco tuve que escuchar casi todos los demos. Fue un dolor de oídos. Tenía que asegurarme de que no hubiera nada horrible. Pero entendí que eso me pasaba solamente a mí y que había gente ahí afuera a la que ese material le podía interesar.

    -Al tocar los temas del disco, ¿identifica momentos en los que disfrutó más?

    -Cuando toco siempre tengo que estar muy atento, porque no tengo oído absoluto. Nunca me relajo del todo, siempre desafino en las mismas partes. Algunas canciones puedo ladrarlas y van a sonar bien. Ese desenfreno, esa exuberancia no queda mal. Ahí no importa si desafino. Si al escuchar se me pone la piel de gallina y siento que está pasando algo profundo, no importa nada más. Como pasa en el final de «Country Feedback», por ejemplo, cuando canto «I need this»… Más crudo imposible…

    -¿Cómo cambió su vida con «Losing My Religion»?

    -Recuerdo la primera vez que caminé por la Quinta Avenida y todo el mundo me saludaba. La banda ya tenía once años y yo ya estaba listo para vivir ese momento. Quiero decir que tenía los pies en la tierra. Una cosa es la fama como uno se la imagina y otra muy distinta es la realidad de la fama. En el día a día, la fama no es nada seductora. Aun así, me encanta mi vida, adoro ser una figura pública y casi todo lo que conlleva.

    -Out of Time abrió nuevas posibilidades de cómo podía sonar R.E.M.

    -Estábamos expandiendo nuestros propios límites, esforzándonos por ir más lejos. En retrospectiva, tiene sentido que el siguiente disco, Automatic for the People, fuera radicalmente distinto. Y luego vendría Monster, un disco que no le gustó a nadie. Lo que pasa es que todos se esperaban otra versión de Automatic y nosotros no estábamos para eso. De alguna manera, fuimos nosotros mismos los que nos pegamos un tiro en el pie, pero ahora que lo pienso, veinte años después, Monster no estaba tan mal. Después vino el disco que más me gusta de todos , New Adventures in Hi-Fi. Es el mejor momento de la banda. Y claro, ahí se fue Bill Berry, el primer baterista del grupo.

    -¿Cómo es volver a cantar después de tantos años? ¿Se mantuvo en forma yendo a algún karaoke de vez en cuando?

    -Si tomé suficiente cerveza, me sale una excelente versión de «Justify My Love», que por lo general corea el resto de los presentes, y que suelo reescribir según la ocasión. La última vez fue en París. Justamente, la primera línea dice «I want to kiss you in Paris». Y bueno, si uno está en París, ¿cómo no cantar «Justify my Love»?

    Traducción de Jaime Arrambide

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