El aumento de la temperatura, el consumo de más alimentos crudos y de alcohol en exceso son algunos de los factores que pueden actuar durante el verano como puerta de entrada de enfermedades, por lo que los médicos sugieren poner atención en ellos y tomar recaudos.

Por lo general, «hay una prolongada exposición al sol por el incremento de actividades al aire libre; también aumenta el consumo de alimentos crudos y de alcohol y más personas se predisponen a seguir dietas estrictas», explicaron especialistas que trabajan en empresas de emergencias.

Según el informe, «cinco enfermedades propias del verano como la deshidratación, la infección intestinal, la micosis, la otitis, y las alergias y picaduras se pueden prevenir si se siguen algunos consejos».

«Consumir alimentos y bebidas responsablemente, utilizar protección solar, realizar actividades al aire libre, iniciar precozmente tratamientos antialérgicos y utilizar repelentes», son algunas de las recomendaciones generales a tener en cuenta.

Para combatir la deshidratación, sobre todo en el verano, hay que impedir que la pérdida de agua y sales del organismo sea superior a la que ingerimos; esa enfermedad puede provocar vómitos, diarreas, fiebre, golpes de calor, dolor de cabeza, piel y boca seca, entre otros efectos, señalan los emergentólogos.

La deshidratación «se previene evitando el excesivo abrigo, las bebidas alcohólicas y los ejercicios físicos en ambientes calurosos, y consumiendo abundante cantidad de líquidos»
, indicaron.

En tanto, para prevenir la infección intestinal, que se manifiesta principalmente con diarreas, vómitos, dolores estomacales y fiebre, los médicos sugieren no dejar los alimentos a temperatura ambiente, tomar sólo agua embotellada y evitar la comida de venta ambulante.

Además, recomiendan conservar los alimentos en la heladera y consumirlos en el menor tiempo posible, lavar bien las frutas y verduras, lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño.

La micosis se previene consultando al dermatólogo ante la aparición de infecciones causadas por hongos, entre ellas el «pie de atleta», que se contagia principalmente en los natatorios; y bañándose con algún tipo de calzado en las duchas, más aún si son públicas.

También hay que secarse bien entre los dedos del pie, no compartir toallas y, si igual aparecen, apelar a la ayuda de alguna crema antimicótica.

La llamada «otitis de nadador» se produce por una prolongada permanencia en el agua lo que genera humedad en el oído y resulta un espléndido caldo de cultivo para bacterias y hongos infecciosos, afectando en especial a los niños. Causa dolor, molestia al masticar, falta de audición y secreción de líquido.

Según los médicos que elaboraron el informe, la otitis se previene «con un buen secado de los oídos después del baño: inclinando la cabeza hacia un lado y con la ayuda de suaves golpes sobre el hueso parietal para hacer salir el agua que quedó atrapada; y para los niños se aconseja el uso de tapones».

Las alergias y picaduras son más frecuentes en verano al estar más en contacto con la naturaleza y por lo tanto con mosquitos, orugas, avispas, abejas y arañas, entre otros.

Los médicos aseguran que «no sólo causan picazón y dolor en la piel sino que esa exposición puede provocar reacciones alérgicas severas, por lo que su prevención es fundamental».

«Usar insecticidas no tóxicos, dispositivos con enchufe y repelentes son las acciones más recomendadas durante el verano
, en las playas también aumenta el número de afectados por picaduras de animales marinos y aunque por lo general no suelen ser mortales, suelen ser dolorosas y desagradables al producir edemas, inflamaciones e infecciones», alertaron.

En cualquier caso, ante una picadura o mordedura de algún insecto o animal, debe acudirse al puesto médico más cercano para actuar de forma rápida y eficaz.