– En los últimos meses se ha visto en la Diócesis una reestructuración, ¿cuál es el motivo que la impulsa?

– Con la partida a su tierra de origen del padre Marciano Alba y con el fallecimiento en un accidente del padre Luis Lobos, fue necesario cubrir las funciones que ambos cumplían dentro de la Diócesis. Necesitaba un vicecanciller y un vicario general,  para este último rol designé al padre Carlos Miri, párroco de la Nuestra Señora de la Merced, que realiza su labor desde Pergamino sin necesidad de estar viviendo en San Nicolás y convoqué como vicecanciller al padre Miguel Nadur, expárroco de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás y San Carlos Borromeo. Miguel tiene una excelente preparación en cuanto a lo jurídico y lo canónico, ofrece una ayuda importante a mi trabajo. 

El padre Marciano Alba estaba  a cargo de la Catedral designé al padre Adrián Galligani, que estaba en San José de los Arrecifes, mientras que su lugar en la parroquia lo ocupó el padre Javier Fortunato que fue sacerdote por 16 años de Nuestra Señora de Fátima de Pergamino, parroquia que ahora dirige el padre Alfredo Torres.

– Estas nuevas designaciones ¿podrían darse también por la falta de sacerdotes?

– No tenemos faltantes en la Diócesis y esto se lo agradezco a la Santísima Virgen. Tenemos tres muchachos que el próximo año se ordenarán. También contamos con alrededor de 20 seminaristas que, para la Diócesis de San Nicolás que cuenta con más de 500.000 habitantes, es un muy buen número. Son hombres de Dios que no son héroes pero que asumen el desafío de la vida misionera y los desafíos que hoy presenta la pastoral. Hay un grupo de jóvenes seminaristas que están haciendo cursos relacionados con las adicciones que es el gran flagelo de esta sociedad.

– ¿Cuáles son las dificultades que se registran en nuestra Diócesis?

– Tenemos una Diócesis con buena marcha. La dificultad más grande es que la sede está en un ángulo contra el Río Paraná y el Arroyo del Medio, en la periferia de la Diócesis. Tenemos núcleos en San Pedro, Pergamino, Arrecifes, Colón y Salto, distritos que tienen su idiosincrasia, su autonomía e independencia pastoral. La Diócesis necesita un obispo itinerante que recorra todos los distritos. Existen, a su vez, dos áreas muy fuertes que son el cordón industrial y la región agropecuaria ganadera. Los sacerdotes deben adaptarse a los lugares en donde desarrollen su vida pastoral. Cuando hay que hacer un cambio hay que pensar si el sacerdote se adaptará a la nueva ciudad. En líneas generales la Diócesis no tiene mayores problemas.

 

María Crescencia

La idea es que se pueda hacer un corredor entre la Virgen del Rosario en San Nicolás, el Jesús Misericordioso de la localidad de La Emilia y la beata María Crescencia de esta ciudad, formando un triángulo. Muchas personas ya hacen este recorrido que fue un pedido especial del grupo de laicos que peregrina todos los años desde Pergamino a San Nicolás, una vez al año, y que hemos logrado instaurar como peregrinación diocesana que se realizará todos los 25 de mayo, feriado y aniversario de la coronación de la Virgen del Rosario y de la inauguración total del templo. La idea es que podamos hacer el “Camino de la Virgen”.

Estamos en un tiempo de espera pero seguros de que en cualquier momento se dará paso a la canonización de Crescencia ya que este Papa tiene mucho interés en la beatificación y canonización de los santos latinoamericanos.

 

Papa Francisco

– Con la asunción del Papa Francisco ¿se vive de otra manera el catolicismo?

– Se nos removió todo. Hemos tenido en este siglo un Papa mejor que otro y estoy asombrado porque años atrás tuve la oportunidad de comer con un santo que fue Juan Pablo II. Este hombre, Francisco, no hay dudas que fue elegido por Dios porque nos baja el Evangelio con palabras nuestras, a situaciones cotidianas, da mensajes claros y concretos, nos hace tomar conciencia a todos de que el compromiso es aquí y ahora, con el hermano más necesitado. Con su última encíclica nos hace entender que también debemos cuidar “nuestra casa”, el mundo y el medio ambiente. No pensamos jamás que íbamos a tener un Papa argentino que llevara adelante un proceso de renovación tan grande. La llegada de Bergoglio al poder nos encandiló pero ahora es el tiempo en que debemos  “poner las barbas en remojo”.

 

Siervo de Dios

Antes de terminar la entrevista, se le preguntó a Cardelli hasta cuándo piensa servir a Dios a lo que inmediatamente el obispo contestó: “Hasta que me muera” y manifestó  “nosotros a los 75 años tenemos que presentarle al Papa nuestra disponibilidad para que él decida qué hacer. Yo tengo 74 años. Decida lo que decida su Santidad yo siempre obedezco. Esta vocación es la fuente de mi felicidad. Hay situaciones que uno las siente un poco más debido a que el paso de los años es notorio, por eso me nutrí de personas que me acompañen en mi trabajo”.

Por último, contento evocó la figura de la Virgen y destacó “conozco el acontecimiento mariano de San Nicolás porque soy oriundo de Villa Constitución y acompañaba siempre a mi mamá a la Virgen, cuando me nombraron obispo siempre sentí que la Virgen me recibía en su hogar”.

 

Los Inundados

Cardelli dedicó unas palabras especiales a todos los “hermanos” que padecen la inundación. A través de una carta que dio a conocer el Obispado, Cardelli expresó: “Ante la impotencia humana de controlar la adversidad provocada por la inundación, nos sumamos todos con el auxilio que viene de lo alto para sentirnos cubiertos con su protección y asistencia. No obstante el dolor y la contrariedad son también ahora.

“Quiero sumar este caudal de dolor y presentarlo al Señor, para que nos dé fortaleza en la tribulación y robustez en la fraternidad solidaria en todos, no solo en los que sufren y necesitan, sino especialmente en quienes teniendo de lo que los hermanos carecen, abran el corazón para desprenderse de lo que no necesitan.

“Quiero agradecer la generosidad de los hermanos que material y espiritualmente se brindan de corazón en este servicio a los sufrientes, porque en eso sabemos que consiste el verdadero servicio cristiano y sentir la alegría de servir al mismo Jesús, cuando llama a nuestra puerta.

“Animo a los sacerdotes cuyo pastoreo hoy reclama esta respuesta para acompañar a la grey espiritual y materialmente, como lo están haciendo, a la vez que corremos todos la misma suerte.

“Por mi parte, ofrezco las incomodidades y dolores que me provoca un problema físico que me impide caminar, no poder estar presente, pero quiero que sepan que me siento muy cercano a los que padecen esta situación, por quienes oro y ofrezco también mis limitaciones. “A todos, mi afecto, bendición y comunión en estos momentos”.