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Tres caballeros y una dama. Canciones del rock y el pop de los años 80 y 90 que evaden los lugares comunes y temas propios. Ella, influida por Vanessa Paradis, Regina Spektor y Rickie Lee Jones, lleva la voz cantante y parte de la composición. Ellos son los hombres máquina, los responsables de las bandejas, los teclados, la producción. El proyecto: Guest House: una banda abierta, con miembros estables, invitados permanentes y la plena efervescencia del estado «work in progress». Esmeralda Mitre, Ale Lacroix, Oliverio Sofía y Leandro Fresco tendrán esta noche una avant première en una fiesta privada, y el próximo 2 de enero ofrecerán su primera presentación en el parador Ovo Beach del hotel Conrad, en Punta del Este.
El nombre de Mike Amigorena es clave en la génesis de Guest House. «Oliverio (productor, DJ) y yo compartíamos con Mike el proyecto Mox -cuenta Lacroix-. Nos invitaron a tocar en el casamiento de Esmeralda. Hicimos un mini show que salió bárbaro y aún tengo el recuerdo en mi mente de lo bien que sonó Esme, que en un momento se sumó a cantar con nosotros. Después, con Oliverio y Leandro (Fresco; ex miembro de la banda de Gustavo Cerati) lanzamos Guest House, en el que Esme es nuestra estrella.»
«Mike es uno de mis mejores amigos», cuenta Esmeralda. «En mi casamiento yo empecé a improvisar con él por encima de las bandejas «Total Eclipse of the Heart» (clásico de Bonnie Tyler). Nos entrecruzamos las voces, quedó una cosa increíble y a todos les gustó.»
El folk, el jazz y el country son las músicas que movilizan a la actriz, que el próximo año estrenará en el San Martín La reunificación de las dos Coreas (con dirección de Helena Tritek). Los caballeros vienen del house y juntos dan forma a un repertorio mixto. «Se compone de temas propios y de reversiones de canciones que no son las obvias -dice Lacroix-. El catálogo musical es muy amplio y por una cuestión etaria y de gustos va siempre para el mismo lado. Canciones cool, divertidas, que nos acompañaron en una etapa de la vida y que siguen estando cerca nuestro. Como una de Pixies, «Mutilation», totalmente reversionada. ¡No la reconocés! Sólo los músicos de Pixies la reconocerían. Eso es lo divertido, desarmar y volver a poner las piezas desde otra óptica. También tenemos una de Prince, «Little Red Corvette», y «Le Taxi», de Vanessa Paradis.»
Esmeralda Mitre tiene 34 años y desde los 21 estudia canto con una maestra de maestros, Graciela Cosceri. «Es mi maestra de la vida y del arte en general -cuenta la actriz-. Ella me enseñó lo que es la síntesis en la música, el despojo. Que menos es más. Me enseñó armonía, música, a tocar la guitarra. Y así es como empecé a escribir mis temas. Dos veces tuve la intención de grabar un disco solista, pero me bloqueé. Sentí que no estaba apta para hacerlo y dije basta. Hasta que dos meses atrás me llamó Ale para participar de este proyecto.»
Agradecida de la oportunidad que le brindan Lacroix y Oliverio, Esmeralda se sumerge en Guest House con «los ojos cerrados». Pero no quiere ser la típica actriz que canta. «Quiero ser una cantante. Es una exigencia mayor que me pongo. Compongo, crecí musicalmente y quiero seguir haciéndolo. Me encantan las actrices que cantan (suelta el nombre de Gwyneth Paltrow), pero no quiero quedarme en eso, quiero un lenguaje propio y particular. El estilo que me gusta es el de Regina (Spektor), el de Rickie Lee Jones, el de Cat Power. Son cantantes muy particulares que tienen personalidades fuertes, de actrices.»
Durante enero, los tres caballeros y la dama convivirán en un casa en Punta del Este. Ya tienen listas varias de las canciones que piensan grabar en febrero, en lo que será el primer disco de la banda. En algunos temas las letras son de Esmeralda y la música de Lacroix, Oliverio y Fresco; en otras las tareas están todavía más compartidas. Pero aún tienen mucho trabajo por hacer. «Le estamos poniendo unas cuantas horas de trabajo por día… ¡y por noche!», asegura Lacroix.
«Pocas veces me pasó que todo sea tan fácil, que te den tanta seguridad», confiesa Esmeralda Mitre. «Tenemos una manera muy dinámica de trabajar. Yo les paso mis ideas, mis canciones, ellos las tocan, las producen y entre todos vemos qué resulta. Ahora estamos a full con los ensayos para tener cada vez más escenario. Trabajar con ellos es un milagro. Son lo más sencillo y grandioso que hay.»
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