Una conmovedora manifestación de afecto y admiración recibió el Padre José Guadalupe en su despedida de la comunidad de Ascensión que le brindó un inolvidable agasajo en el marco de una cena que tuvo lugar el pasado domingo en las instalaciones de Singlar Club.
Un grupo de colaboradores de trabajó en la iniciativa de brindarle un especial reconocimiento al sacerdote que durante 7 años realizó una amplia labor pastoral en el ámbito del Hogar de Ancianos “Irene Dall Occhio” y de la Parroquia “Ascensión del Señor”, dejando una huella imborrable y concretando muchos proyectos. Su nuevo destino será la provincia de Salta, donde recalará en casa de formación del Instituto Religioso de los Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista.
El acontecimiento reunió a muchas familias que disfrutaron de muchas expresiones de cariño hacia el Padre Guadalupe con saludos, reconocimientos y presentes. También hubo tiempo para las expresiones artísticas de la mano de la Academia de Danzas Folklóricas “José Hernandez”, el Coro Polifónico del Club Social, el cantante Charly Montaño y el grupo “Los Peñeros”.
El Padre José Guadalupe expresó emocionado: “todos los que vinieron son amigos con los cuales hemos compartido momentos lindos y momentos feos, pero de cualquier forma están en mi corazón y saber que no los veré por un tiempo resulta un sentimiento encontrado. De todas maneras tengo la alegría de compartir este momento tan especial”.
“No esperaba semejante manifestación de cariño y realmente me llena de emoción el hecho de compartir este momento con gente de distintos pueblos, La Angelita, Tiburcio y Agustina, como así también la gente de la colectividad islámica me nos acompañó. Es decir mucha gente que forma parte de mis afectos y que están en mi corazón”, indicó el sacerdote.
Y al hacer un breve balance de su tarea, mencionó: “me siento muy conforme porque trabajé por el Señor con todas mis falencias y se nota ese trabajo. De todas maneras, lo material se va y en algun momento, se rompe o lo cambiamos, pero lo espiritual, los afectos, el cariño y lo que uno ha intentado sembrar y que veo que ha prendido es lo más importante. Lo otro pasa totalmente”.
El Padre José Guadalupe sostuvo que en su paso por Ascensión “sobretodo he aprendido a darme y no ser egoísta. El trabajo parroquial me ha enseñado a brindarme al otro y eso me va a servir ahora en la etapa de formación que voy a estar para poder acompañar a mis hermanos en un camino sin fronteras”.
Por último, expresó a la comunidad: “siéntanse amados por Dios, aprendamos a perdonar y a amar. Y les repito las dos palabras que voy a expresar siempre: Gracias y Perdon. Que Dios los bendiga y hasta pronto”.
Miembros de la comisión del Hogar de Ancianos Irene Dall’ Occhio, con la asistencia de los profesionales que asesoran al Hogar, también se le realizó una en esa Institución al Padre José Guadalupe quien fue un pilar durante todos estos años.