Por Gustavo Zamudio (Desde Las Vegas) – Especial para El Tribuno: Lucas Matthysse (63,050 kilogramos) se dio el gusto de coronarse campeón mundial. El camino recorrido hasta que llegó la chance pareció más largo que el necesario, pero tuvo que ser así. Noqueó técnicamente en el último suspiro del décimo round, mandando a la lona de manera espectacular al nigeriano Olusegun Ajose (63,050), y dejando una buena imagen que estuvo a la altura de un escenario boxístico de Las Vegas.
Después de un primer round que lo mostró atado, Lucas ya en el segundo pudo haber noqueado a su rival, luego de abrir las acciones de ataque con un voleo de derecha que dio de lleno en el rostro del adversario. Durante la segunda mitad de ese capítulo lo corrió a trompadas por el ring, hasta llegar a un rincón neutral en el que el moreno nigeriano casi ve el final anticipado. Allí mismo Matthysse comenzó a construir su victoria.
Tras el minuto de descanso nuevamente el púgil argentino salió al taque y desbordo a gusto y placer al moreno domiciliado en Nueva York. Parecía imposible que la victoria se le escapara al pupilo de la escudería Arano Box.
Fue en ese tercer capítulo que Lucas sintió una fuerte molestia en su puño derecho.
Eso lo confirmó el mismo tras el combate, motivo por el cual termino la noche brindando con su equipo por la coronación con su puño diestro en un balde con hielo.
Matthysse siguió dominando la vuelta y las mismas mostraban la capacidad de absorción que tenía Ajose. Apenas en el séptimo bajo el chubutense su ataque, quizá algo ahogado, pero tampoco en ese momento sintió peligro por su rival.
Parecía que la derecha de Lucas no iba a llegar a fondo. Parecía que el moreno nigueriano iba a soportar todo el castigo. Hasta que socó el golpe que indicaba los últimos diez segundos de combate del décimo round. En ese instante llegó una derecha que desparramó a Ajose sobre las sogas, y escena siguiente, otra derecha más hizo que el moreno cayera sobre las tablas como una bolsa de papas. El árbitro ni siquiera atinó a contar. Paró inmediatamente la pelea decretando la victoria para Matthysse.
El Hard Rock Hotel fue el escenario de la coronación. El lugar donde el pegador radicado en Junín se coronó campeón mundial interino superligero del Consejo Mundial de Boxeo.
¿Qué viene ahora? Primero Lucas se tomará un descanso de dos semanas. Simultáneamente se someterá a estudios en su puño derecho y del resultado de los mismos se planificará su futuro.
Si está bien quizá haya una primera defensa de la corona antes de fin de año. Nadie sabe quién será el rival pero lo cierto es que suena cada vez más fuerte un choque con Marcos “Chino” Maidana, aunque difícilmente pueda ser por este cinturón, ya que el “Chino” dijo que saltará a la categoría welter.
Lucas, uno de los boxeadores argentinos con mayor capacidad y con el perfil más bajo, logró su merecido bautismo como monarca universal. Dirá el tiempo si en cada defensa se va consolidando y si termina alcanzando todo el nivel que promete.
Palabra de campeón
Una buena cobertura de la prensa estadounidense cubrió la coronación de Lucas. Tras el combate en la rueda de prensa el monarca habló lo justo y lo necesario. Agradeció a su equipo y dijo que está preparado “para pelear con el que sea”. Remarcó que nunca eligió sus rivales y agradeció a las promotoras que conducen su carrera: Arano Box y Golden Boy Promotions.
En la primera fila del ring side estuvieron presentes el súper campeón mundial Floyd Mayweather y el también campeón Celestino “Pelenchín” Caballero