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Más de 50 años de canciones, hitos y excesos coincidirán hoy en el hipódromo de Palermo; James Taylor y Elton John, dos hombres que encontraron un refugio en la balada
Hijos de la posguerra, Reginald Kenneth Dwight y James Vernon Taylor vinieron al mundo entre marzo del 47 y marzo del 48. El primero en Pinner, en las afueras de Londres; el segundo del otro lado del Atlántico, en Boston. Ambos empezaron sus carreras a fines de los 60, cuando los Beatles aún eran una banda activa y la psicodelia iluminaba al rock. Al norteamericano, la Primavera de Praga y el Mayo Francés lo sorprendieron con su primer disco solista en la calle, y al inglés registrando su episodio debut, Empty Sky. Hoy el hipódromo de Palermo será testigo de un encuentro singular. Ambos sacarán a relucir sus gemas más celebradas, en dos shows individuales en los que el acento estará puesto en los más de 50 años de trayectoria que cada uno carga sobre sus espaldas.

Melancólicos y cancioneros, tanto sir Elton John como James Taylor encontraron en la balada su mejor aliada. Elton con su piano, James con su guitarra. El inglés, con ese punto de partida en el glam rock y con etapas más inspiradas que otras (algunas más edulcoradas, más empalagosas); el norteamericano, menos prolífico, pero como punta de lanza de un movimiento que supo compartir con Carole King, con su ex -y madre de su hija- Carly Simon y con ese universo de cantautores norteamericanos que encuentran en el folk a un aliado para vestir sus gemas.
Si a Elton siempre le sentaron bien las bandas (en su grupo aún cuenta con tres sobrevivientes de los 70: el director musical, guitarrista, armoniquista y varios etcétera Davey Johnstone; el baterista Nigel Olsson, que integró el trío fundacional del sonido de Elton, y el percusionista Ray Cooper), a James Taylor le va el concepto «One Man Band» (así tituló en 2007 a un disco en vivo). Es cierto que subirá al hipódromo de Palermo con una banda (una fractura en uno de sus dedos le impedirá tocar la guitarra), pero el hombre solo bien se lame.
La primera vez que la industria discográfica le hizo un guiño a James Taylor fue en 1970. En febrero vio la luz su segundo disco, Sweet Baby James, con el que cosecharía al menos dos canciones imperecederas, la que da nombre a la obra y «Fire and Rain». Los que conocieron a Taylor en esos días dicen que el hombre no tenía más que su guitarra, sus canciones y su voz. Ese era todo su caudal. Por las noches solía dormir en la casa del productor de ese disco, Peter Asher, o en la del guitarrista Danny Kortchmar. Este y varios de los músicos que registraron el álbum pertenecían a la banda de Carole King, quien también hizo su aporte en la obra de su amigo.
Aquello de que nadie es profeta en su tierra no aplica para estos dos grandes hacedores de canciones. Pero sí fue necesario que cruzaran el océano para que sus carreras artísticas despegaran definitivamente. «Estados Unidos es donde siempre quisimos ir y donde, para ser honesto, empezó nuestra carrera. Los Estados Unidos siempre han sido nuestro mercado más grande.» Las palabras de Elton John fueron pronunciadas en 2006 con motivo de la salida de The Captain & The Kid (el disco autobiográfico que retoma el concepto del clásico Captain Fantastic and the Brown Dirt Cowboy). El plural se debe a que en el nosotros está involucrado su coequiper de toda la vida, el letrista y poeta Bernie Taupin, con quien este año cumplió medio siglo de amistad y colaboración artística.

El joven James Vernon hizo el viaje inverso. Después de patear por un tiempo las calles y los bajos fondos de Manhattan -y de escaparle a varias adicciones, como la heroína- se dirigió a Londres con un buen puñado de canciones. Se las ingenió para hacérselas llegar a George Harrison y así se convirtió en el primer artista de Apple Records. En realidad, el puente fue Peter Asher, director de Apple y futuro productor de JT. Una de esas primeras canciones, «Something in the Way She Moves», registrada en el álbum homónimo en cuestión («Fue la primera buena canción que escribí», confesaría muchos años más tarde), inspiró a Harrison para su clásico «Something».
El mítico local angelino The Troubadour marcó a fuego a estos dos reyes de la canción. Allí Elton Hercules John hizo su debut en los Estados Unidos en agosto de 1970. Se presentó como número de apertura de David Ackles y la casualidad, o el halo del lugar, hizo que entre el público se encontraran Neil Diamond, Mike Love (Beach Boys), Henry Mancini y Quincy John. En ese mismo lugar, pero muchísimos años más tarde, en 2007, James Taylor reencauzaría su carrera -en varias ocasiones suspendida por su adicción al alcohol-. Allí registraría un álbum en vivo con su amiga Carole King, con clásicos de ambos, para celebrar los 50 años del local. El disco saldría tres temporadas más tarde.

«Una gran parte de mi historia es sobre la recuperación a las adicciones -le dijo tiempo atrás Taylor al diario inglés The Telegraph-. Una cosa que la adicción hace es congelarte…, puedes despertar a los 36, como me pasó a mí, sintiéndote como si todavía tuvieras 17.» En las canciones más recientes del cantautor están las señales y las enseñanzas que le dejaron una y mil batallas, desde la adolescencia, cuando debió ser internado en Boston por una fuerte depresión, hasta las caídas y recaídas en el alcohol. «Hoy, hoy, hoy, finalmente estoy en mi camino… Plantaré mi bandera aquí. Hoy, hoy, hoy», canta en «Today Today Today», canción de su álbum de estudio Before This World. Con este disco, que salió en 2015, puso fin a un largo período de once años sin composiciones nuevas.
Sir Elton John también cuenta con un largo capítulo de adicciones. En su caso, básicamente vinculado a la cocaína. «Casi todas las relaciones que tuve estuvieron vinculadas con las drogas -expresó en una ocasión-. Siempre sentí que tenía que estar con alguien, bueno o malo, de otro modo no me sentía lleno.» También contó en varias oportunidades que haber conocido a su esposo, David Furnish, fue fundamental para recuperarse.
«Carolina in my Mind», «Fire and Rain», «Mexico» y su versión del clásico de Carole King «You’ve Got a Friend» son algunos de los clásicos que seguro interpretará esta noche James Taylor, después de la apertura que estará en manos de David Lebón y antes de Elton John. El inglés aportará más tarde «Rocket Man», «Tiny Danzer», «Your Song», «Crocodile Rock», «Candle in the Wind»… La historia del rock no puede ser contada sin estos dos artistas, estos dos hacedores de canciones que siempre apostaron a la balada para hacer ruido.
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