
Una obra expuesta en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba) cuenta desde el jueves con un bot de inteligencia artificial que, como si fuera un ser humano, entabla a través del servicio de chat de Facebook (Messenger) un diálogo con los espectadores para hablarles «sobre el autor, la obra o el museo», señalaron los responsables de la acción.
Bajo el título «Diálogo con la obra», la más reciente iniciativa del Mamba es un intento por darle voz a la obra “Bio Cosmos”, de Emilio Renart, con el fin de acercar al público general al arte moderno a través de la innovación tecnológica, gracias a un trabajo conjunto entre desarrolladores, miembros del museo y la agencia BBDO.
La particularidad de este bot es que no requiere descargar ninguna aplicación: «Es por chat. Funciona dentro del chat de Facebook Messenger», afirmó a Télam el director de Innovación y Tecnología de BBDO, Rodrigo Lema, y explicó que eligieron esta plataforma de mensajería porque es de las más populares.
«Podés buscar al bot como si fuera un amigo tuyo en Facebook y hablar con él. También podés escanear un código que está al lado de la obra» para usarlo. Luego, «te ponés frente a la obra, con el Facebook Messenger abierto, y chateás con la obra», describió.
La plataforma «funciona conversacionalmente, como si fuera una persona», remarcó: «Te va informando sobre el autor, la obra, el museo. También responde sobre otras cosas, aunque para eso le falta entrenamiento» porque en una primera instancia «lo mandamos con información dura sobre la obra».
Este bot es un sistema que utiliza inteligencia artificial para simular la existencia de un interlocutor y, a raíz de las interacciones, «aprende» y se perfecciona. Según sus creadores, con el paso del tiempo se borra la línea que separa a un sistema de respuestas predeterminadas de un interlocutor inteligente con una voz propia.
En este sentido, una parte importante del desarrollo consistió en el proceso de investigación previa y el trabajo junto con curadores del museo, para la información que se le cargó al sistema.
A partir de la carga de esa información en una base de datos, «empiezan a funcionar distintos algoritmos que identifican frases, por ejemplo los insultos, y (el sistema) responde de una u otra forma en función de cómo se le preguntó», detalló Nicolás Trovarelli, director de cuentas de BBDO.
«El aprendizaje del bot tiene que ver con que mientras va chateando con la gente, va a prendiendo. Por ejemplo, identifica preguntas para las que antes no tenía respuesta» y elabora contestaciones en función de los datos que tiene pre-cargados en el sistema, agregó.
Cristian Rosli, director creativo de la agencia, aseguró que «lo que se trabajó es que este bot tenga una personalidad, una manera de hablar» basada en la obra», una característica que hace que la experiencia «se vuelva lúdica, mucho más emocional que una audio-guía, por ejemplo».
De hecho, la personalidad del bot está basada en la obra y es por eso «un poco… como decir, juguetona. Te desafía, incluso algunas preguntas las responde con preguntas», detalló Joaquín Campins, también director creativo.
Es que Bio Cosmos «es una obra muy rara, que pertenece al movimiento informalista. Y es importante para el museo por lo que el informalismo significa para la historia del arte argentino.
Renar era un artista que experimentó los límites plásticos, el cruce de técnicas. Este cuadro no es una pintura ni una escultura, o es las dos cosas. Y juegan otros campos, como la biología», sostuvo Campins, quien recordó que «el informalismo como movimiento pretendía la negación de las herramientas formales de la pintura».
«Lo que buscamos es poner al alcance de todos las herramientas para que el espectador pueda interpretar la obra. Tratamos de democratizar la obra desde el punto de vista de que todo el mundo la entienda y la disfrute. Por eso la acción de llama ‘Diálogo con la obra'», continuó.
La idea nació «frente a una problemática de los museos, que es que en promedio la gente no está más de 30 segundos frente una obra», sea porque se aburre, porque no le encuentra un sentido o porque carece del marco informativo para interpretarla, explicó Trovarelli, y destacó que lo que se busca es que la gente «pueda tener una experiencia más rica».
«Tuvimos la idea y se la llevamos al Gobierno de la Ciudad», continuó, y afirmó estar orgulloso «de esta vuelta conceptual del bot», porque es lo que «permite entender y aprender sobre la obra».
Los bots, como se denomina en general a los sistemas automatizados que imitan comportamientos humanos -estén o no basados en inteligencia artificial- y cuyo uso crece a paso firme, suelen estar enfocados en el sector de servicios, como en instancias de pedido de comida a domicilio o en atención al cliente, e incluso en el sector de los medios de comunicación.
Por eso, los impulsores destacan la particularidad de esta experiencia, cuyo «valor agregado es la cuestión conceptual, de que se pueda dialogar con un cuadro sin tener el conocimiento de un experto».
Según relataron, desconocen que una experiencia como esta se esté empleando en algún otro museo del mundo.
La posibilidad de replicar esto «está muy de la mano de lo que salga de esta primera experiencia», analizó Trovarelli, y dijo que para ellos «es como una prueba beta, es una acción súper escalable. Puede hasta ser un reemplazo de la audio-guía».
Para leer el cable de la noticia acceder a: https://cablera.telam.com.ar/cable/477630
[ad_2]
Ir a la fuente