El 25 de noviembre es el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 17 de diciembre de 1999.
La violencia contra la mujer presenta numerosas facetas que van desde la discriminación, el menosprecio, la agresión física o psicológica: descalificaciones, amenazas, gritos y humillaciones, hasta el asesinato. Produciéndose en muy diferentes ámbitos: público y privado, culturas y niveles socioeconómicos.
La «violencia contra la mujer» es todo acto de maltrato dirigido hacia la mujer por su condición misma, ocasionando daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico, también amenazas de esos actos y privación de la libertad.
Los llamados delitos por cuestiones de honor, crímenes pasionales, la trata de mujeres y niñas, mutilación genital femenina, matrimonio precoz y forzado, infanticidio de niñas, y la violencia relacionada con la explotación sexual comercial.
Adquiere especial dramatismo cuando se produce en el ámbito familiar. La violencia contra la mujer por parte de su pareja o ex-pareja está generalizada en el mundo dándose en todos los grupos sociales, no todos los casos trascienden más allá del ámbito hogareño, sin embargo se supone que un elevado número de mujeres sufren o han sufrido este tipo de violencia.
Sería importante diferenciar un “conflicto”, de lo que es un “maltrato”, ya que en todas las relaciones humanas surgen conflictos y en las relaciones de pareja también. Los altercados y discusiones acaloradas, pueden formar parte de la relación de pareja.
En relaciones de pareja conflictivas pueden surgir peleas y llegar a la agresión física entre ambos, esto, formaría parte de las dificultades a las que se enfrentan las parejas, pero el maltrato es más específico, ya que en el maltrato el agresor siempre es el mismo.
Por definición, el conflicto: es una modalidad relacional que implica reciprocidad y es susceptible de provocar un cambio. Por el contrario, el maltrato, aunque adopte las mismas formas (agresiones verbales y físicas) es unilateral, siempre es la misma persona la que recibe las agresiones.
Cabe aclarar que hay otros tipos de violencia enmarcadas en el ámbito intrafamiliar: La violencia contra el hombre aquí el rol de agresor es tomado por la mujer o por otro varón en parejas homosexuales, también existe la violencia ejercida contra hijos o padres u otros familiares.
La violencia doméstica es un problema muy serio. Múltiples son las lesiones padecidas, pueden sufrir emocionalmente de depresión, ansiedad o aislamiento social. Frecuentemente las personas no la denuncian, por vergüenza, miedo, sentimiento de impotencia, o por creer que son merecedoras de recibir malos tratos.
Nada justifica la violencia, ninguna conducta justifica que se ejerza violencia en ningún caso. La violencia es responsabilidad de quien la ejerce.
Lic. Yamila Paolilli