
Un proverbio dice que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, y a pesar de la vasta evidencia científica, todavía hay una parte de la población que niega el cambio climático basándose en falsos mitos y mentiras repetidas una y otra vez.
¿Cuáles son los argumentos negacionistas más utilizados por los escépticos y cómo pueden ser desarmados? Aquí están algunos de los ejemplos más difundidos y sus respuestas basadas en la investigación científica.
1. Los volcanes emiten más CO2 que la actividad humana
Es cierto que los volcanes desprenden dióxido de carbono y contribuyen naturalmente al calentamiento global. Sin embargo, cada año emiten menos del 1% de las emisiones totales de CO2 que contaminan la atmósfera, mientras que la actividad humana es el mayor emisor.
2. No existe un consenso científico mundial sobre el cambio climático
Más del 97% de la comunidad científica afirma que el cambio climático es una realidad y que está peligrosamente acelerado por la acción humana. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) es un grupo de dos mil científicos de todo el mundo que son independientes de gobiernos o empresas que desde hace más de 25 años valoran y publican investigaciones sobre el cambio climático y posibles soluciones de mitigación y adaptación. Sus resultados reflejan sin duda la incidencia de los hombres en el calentamiento global.
3. El cambio climático es un proceso natural del planeta
La Tierra está en constante cambio desde su formación y ha pasado por diferentes épocas como las glaciaciones, entre otras. Sin embargo, estos cambios necesitan miles de años para hacerse visibles, y el actual aumento de la temperatura media del planeta desde el período preindustrial (1,1 grados centígrados) se está produciendo con una celeridad que no se corresponde con los ciclos naturales del planeta.
4. En la década de 1970, cuando el cambio climático comenzó a adquirir relevancia científica y social, se afirmó que sus efectos comenzarían a sentirse después de varios siglos. Sin embargo, en sólo cuarenta años, el aumento de las temperaturas es más que evidente: los nueve años más calurosos de la historia desde que se conservan los registros (1880) han tenido lugar en los últimos trece años, y desde 2014, cada año nuevo ha superado el récord de temperatura del año anterior.
Además, el calentamiento global ya está teniendo efectos palpables como el aumento del nivel del mar, la acidificación de los océanos, el aumento de la probabilidad de desastres naturales como huracanes, incendios e inundaciones, entre otros. También causa refugiados climáticos, la destrucción de la flora y la fauna y, en última instancia, la destrucción de los sistemas económicos.
5. Este es un cambio de ciclo solar como los que han ocurrido en otros tiempos.
Hay momentos en los que la incidencia del sol en la Tierra es más o menos intensa. Sin embargo, hemos estado en un ciclo de menos perturbaciones solares durante los últimos 35 años, a pesar de lo cual el calentamiento global ha aumentado.
6. El aumento de la temperatura media en un par de grados no es perjudicial
Basándonos en nuestra percepción de la temperatura, y considerando que en un mismo día puede ser común enfrentarse a cambios bruscos de hasta 20 grados, puede no parecer un gran problema que los termómetros aumenten en un promedio de dos puntos. Sin embargo, lo que parece ser una diferencia mínima para nosotros, es devastador para la agricultura, la flora, los océanos y las especies de insectos y animales cuya supervivencia está estrechamente ligada a las condiciones climáticas. De hecho, un porcentaje importante de la biodiversidad planetaria ya está sufriendo de ello. Este es el caso del mosquero, un ave nativa de los Países Bajos cuyos hijos nacieron al mismo tiempo que las orugas, su principal fuente de alimento, eclosionaron. A medida que las temperaturas aumentan, las orugas adelantan su producción de huevos medio mes y el mosquero ya no encuentra alimento, por lo que su población ha disminuido en un 90%.