Hay quienes creen que comer sano y rico es un desafío porque piensan que no hay recetas que sean saludables y sabrosas a la vez. Por otro lado, hay quienes consideran que comer rico y sano requiere de una gran inversión y por ende un gran gasto de tiempo y dinero. Sin embargo, en la actualidad se han adoptado nuevos paradigmas y no necesariamente la cocina sana debe estar ligada a comidas faltas de sabor. Hoy en día es posible alimentarnos de manera saludable sin vernos obligados a comer platos aburridos o a evitar los restaurantes y el delivery. A continuación, te contamos cómo llevar adelante este desafío:

Elegir el lugar adecuado

 Primero que nada, es importante que sepas que no es necesario consumir únicamente platos caseros para comer saludable; también podés salir a un restaurante o pedir un lomo de Betos por delivery sin dejar de alimentarte correctamente. La clave está en elegir el lugar indicado; para ello recomendamos buscar lugares con trayectoria, productos de buena calidad y alternativas variadas para todos los paladares.

Compartir plato

Si salís a comer o pedís un delivery, otra recomendación es que pienses en la posibilidad de compartir el plato. Además de ahorrar dinero, esta actitud te permitirá darte un gusto sin consumir calorías en exceso. En caso de no contar con alguien que te acompañe en este plan, podés comer la mitad y guardar la otra mitad, ¡excelente idea para no tener que cocinar al día siguiente!

Comer un tentempié antes de la comida

Un secreto para no llegar al almuerzo o la cena con mucho hambre es comer una fruta antes de la comida. El azúcar natural presente en la misma ayudará a que la curva de glucosa permanezca en niveles normales, brindándote el tiempo necesario para analizar mejor qué es lo que  vas a almorzar o cenar. Si no tenés ninguna fruta a mano, podés reemplazarlo por algún snack, como pochoclo, yogurt o frutos secos. ¡El hambre es el peor enemigo cuando la idea es comer saludablemente!

Comer despacio y conversar más

Comer de manera pausada, masticando correctamente la comida y aprovechando para conversar con las personas que te acompañan, te ayudará a identificar tu nivel de saciedad y a no comer más de la cuenta. Por otro lado, recordá que no es obligatorio terminar absolutamente todo lo que está en el plato, siempre existe la posibilidad de guardar el resto para comerlo en otro momento.

 

Preferir el agua ante otras bebidas

Lo ideal es acompañar tus comidas con agua. Sin embargo, si decidís consumir alguna bebida alcohólica, te recomendamos que primero tomes 2 vasos de agua para asegurarte de no saciar toda tu sed con vino o cerveza. Asimismo, si elegís un jugo o una gaseosa, lo mejor es que le pongas bastante hielo al vaso para tomar menos cantidad. Por último, te dejamos un tip extra: el agua mineral con gas puede proporcionarte esa sensación burbujeante en el paladar sin calorías extra.