Beau es un bebé de ocho meses que tiene embobados a sus padres y a Tucker, el perro familiar. Tal es el amor que se tienen el corgi y el cachorro de humano, que ya juegan juntos a pesar de que el pequeño apenas puede sostenerse en cuatro patas.
Pero cuatro patas son mejores que dos, al menos desde la perspectiva de Tucker, que está empecinado en jugar con su amigo humano.
Al menos es un avance significativo desde la última vez que Beau y Tucker interactuaron, como bien apuntó el padre del niño, ya que en un video anterior se puede ver que el perro no está impresionado con los dotes para rebotar que mostró el bebé.